El dolor de rodilla es una causa frecuente de limitación de la actividad física y de consulta médica en deportistas. Dentro de los mitos urbanos y el desconocimiento de la anatomía de esta articulación surge la falsa percepción de que siempre los dolores de rodilla están causados por daño en los meniscos y en el caso de muchas personas se abandonan deportes como el trote y sus derivados puesto que no se hace un estudio profundo del dolor y sus desencadenantes.
La articulación patelofemoral (APF) está compuesta por la rótula (o patela) y la tróclea femoral. La rótula actúa como una palanca para aumentar la fuerza de extensión del músculo cuádriceps alivianando la carga muscular de la extremidad.
El SDFP es la primera causa de dolor anterior de la rodilla en deportistas. De ahí que se haya ganado el seudónimo de "rodilla del corredor", a pesar de que no es la única actividad relacionada con esta entidad; en ninguna otra condición se ha estudiado tan a fondo. Suele estar asociado a cambios en la intensidad del entrenamiento, utilización de nuevo equipamiento deportivo y cambios en los ejercicios previamente realizados que exacerban una condición bio-mecánica desfavorable previamente establecida, entre otros.
Su principal característica es la de un dolor difícil de localizar en la parte anterior de la rodilla, bordeando la rótula o debajo de ella, y no es común que se acompañe de hinchazón de la articulación o derrame articular. Se presenta minutos después de iniciar el ejercicio y se hace incapacitante durante el mismo, para luego permanecer de forma débil e insidiosa durante horas incluso días posteriores a la actividad desencadenante.
Los disbalances musculares, la contractura y rigidez del cuádriceps femoral, la hipermovilidad de la rótula, la tensión de la banda iliotibial (véase Síndrome de banda iliotibial) son condiciones que predisponen al dolor de rodilla que inicia con la actividad física. Sin embargo debe realizarse un estudio funcional para determinar las características biomecánicas del atleta y diseñar un plan de rehabilitación física que permita corregir los desencadenantes y permitir el regreso a la actividad física de una manera rápida, siempre evitando recaídas que estropean el retorno a la condición optima de los atletas.
En caso de presentar síntomas como los anteriormente descritos detener la actividad física y el uso de medios físicos como hielo en las primeras 48 horas y posteriormente calor local; aliviarán el dolor mientras se realiza una adecuada valoración del daño infligido sobre la articulación pues de perpetuarse puede existir una repetitiva lesión del cartílago y con ella dolores crónicos que finalmente incapacitarán de actividades cotidianas.
Preparado para SCMD
Miguel Vega Arango
Julio 2015
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