Wednesday, January 7, 2015

SLAP

El término SLAP (en ingles) hace referencia a una ruptura de una porción del tejido blando que compone la articulación del hombro. Las siglas SLAP corresponden a “superior labrum anterior to posterior tears” lo que traduce ruptura del labrum superior de anterior a posterior.
Para comprender esta lesión es importante entender que el labrum es un complejo ligamentoso que encapsula la articulación glenohumeral del hombro, siendo esta la que consiste en la fosa glenoidea de la escápula con la superficie articular de la cabeza humeral. Este es un tipo de cumbrimiento que posee el cuerpo y es de gran influencia en la estabilidad del hombro. Es importante recalcar que el labrum no es un musculo, es un tejido blando compuesto de diferentes tipos de colágeno que permite además de la estabilidad una propia distribución del liquido intracapsular (2, 4, 7).
Vista de la cavidad glenohumeral. SLAP (flechas).

El labrum puede sufrir daño a través de cualquier porción pero se ha visto que en atletas es común que suceda en la zona superior con trayectoria anterior a posterior. Existen varias clasificaciones de este tipo de lesión y algunos tipos en especifico el tipo 2 se asocia con atletas de movimientos sobre la cabeza. Es por tal razón que en ciertos casos el ortopedista decide abordar el bíceps pues su origen muscular esta en relación cercana con el techo del labrum, para así tratar el SLAP (1, 3).

Esta lesión se sospecha en pacientes que consultan por dolor en el hombro, generalmente en la zona anterior (parte frontal del hombro). El dolor se aumenta cuando el paciente ejecuta movimientos que llevan el antebrazo sobre la cabeza ya que esto aplica presión al labrum lo cual conlleva a que se disparen las fibras del dolor y el paciente sienta molestia. (5).

Cuando consulte con su médico, se le harán varias maniobras que han demostrado ser efectivas para el diagnóstico de esta condición (5). Además de estas maniobras su ortopedista puede solicitar varios tipos de imágenes como son los rayos x o resonancia magnética para así identificar correctamente la lesión y determinar si existe otro tipo de patología concomitante que pueda estar causando molestia o impedimento. Además del diagnóstico este tipo de imágenes son útiles para planear la cirugía y determinar el mejor enfoque posible (6). En ocasiones es necesario tratar el bíceps para un adecuado resultado pero esto es un tema específico que sugerimos que lo trate con su médico (2, 4, 7).

Preparado por: Sam Rosas
26-11-2014

Editado por: Miguel Vega
Comentarios e inquietudes escribir a:
contacto.sconsult@gmail.com


1.         Economopoulos KJ, Brockmeier SF. Rotator Cuff Tears in Overhead Athletes. CLINICS IN SPORTS MEDICINE. 2012;31(4):675-+.
2.         Gupta AK, Bruce B, Klosterman E, McCormick F, Harris JD, Romeo AA. Subpectoral Biceps Tenodesis for Failed Type II SLAP Repair. Orthopaedic Journal of Sports Medicine. 2013;1(4 suppl).
3.         Knesek M, Skendzel JG, Dines JS, Altchek DW, Allen AA, Bedi A. Diagnosis and Management of Superior Labral Anterior Posterior Tears in Throwing Athletes. The American Journal of Sports Medicine. 2013;41(2):444-60.
4.         McCormick F, Nwachukwu BU, Solomon D, Dewing C, Golijanin P, Gross DJ, et al. The Efficacy of Biceps Tenodesis in the Treatment of Failed Superior Labral Anterior Posterior Repairs. The American Journal of Sports Medicine. 2014;42(4):820-5.
5.         Nam EK, Snyder SJ. Clinical Sports Medicine Update. The Diagnosis and Treatment of Superior Labrum, Anterior and Posterior (SLAP) Lesions. The American Journal of Sports Medicine. 2003;31(5):798-810.
6.         Park J-Y, Chung S-W, Jeon S-H, Lee J-G, Oh K-S. Clinical and Radiological Outcomes of Type 2 Superior Labral Anterior Posterior Repairs in Elite Overhead Athletes. The American Journal of Sports Medicine. 2013;41(6):1372-9.
7.         Provencher MT, McCormick F, Dewing C, McIntire S, Solomon D. A Prospective Analysis of 179 Type 2 Superior Labrum Anterior and Posterior Repairs: Outcomes and Factors Associated With Success and Failure. The American Journal of Sports Medicine. 2013;41(4):880-6.


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